Si en alguna ocasión habéis visitado Cudillero, seguro que habréis visto unas “pieles” de pescado, sujetas por palos, colgadas de los balcones y secándose al sol. Es posible, que si no sois de la zona, os hayáis preguntado de qué pescado se trataba.
Este pescado es el famosos curadillo. No se trata de un pescado en concreto. Suelen ser pequeños escualos, tiburoncitos o marrajitos, como la gata, gayos o lijas, entre otros, que una vez pescados y limpiados se dejan secar al sol y al aire. Sin ningún tipo de salazón o aderezo.
Hasta hace medio siglo el curadillo era un producto muy apreciado del que se aprovechaba prácticamente todo. Por un lado, el propio pez para secar y ser consumido en tiempos de mala mar o de hambruna, por otro, la piel, que una vez seca se usaba para lijar los cascos de los barcos y, por último, el aceite de sus hígados, que se utilizaba tanto para cocinar, como para iluminar las farolas y lámparas de casas y calles.
En el plano gastronómico, para los no tan peludos, este pescado es muy apreciado por su característico sabor. Una vez cocinado, su carne se vuelve de un color rojo intenso y su olor y sabor recuerda a las carnes de caza.
Para nuestros perros, el espinazo de curadillo es un alimento natural, muy completo y saludable que no contiene aderezos ni salazones y guarda todas las propiedades, aromas y sabor del pescado.
Gracias al proceso de oreado al sol y al aire se elimina el agua, pero no el resto de sustancias y propiedades, por lo que el aporte de proteínas de este alimento es elevado. Contiene ácidos grasos como el omega-3, es rico en calcio y contiene grandes dosis de minerales como el sodio, yodo, hierro y magnesio.
¿A qué esperáis para probarlo? Conoce el espinazo de curadillo Mr.Bones
Si a tu perro le gustan los sancks marítimos, aquí te dejamos algunos que seguro le encantarán: